¿UTOPÍA O REALIDAD?


A lo largo de la historia numerosos personajes se han cuestionado si es posible conseguir un estado de paz permanente, y si así es, cómo llegar a él. Empezando por Dante Alighieri en el siglo XIV que pensaba en un Imperio Mundial para acabar con la guerra, o pasando por Rigoberta Menchú o Mahatma Gandhi, muchos han sido los que han luchado por y para la paz pero una pregunta queda todavía hoy en el aire:

¿Cómo pueden los países alcanzar un equilibrio de paz?

Esta es precisamente la cuestión sobre la cuál Kant comienza a reflexionar frente al papel tan importante que tuvo la guerra en el desarrollo de la sociedad y la política en el período que le tocó vivir.
Será en 1795 cuando el filósofo escriba la obra Sobre la paz perpetua,  un tratado en el que analizará algunos de los aspectos más importantes que deben darse para poder hablar realmente de paz, una paz favorecida por una nueva estructura mundial y una perspectiva de gobierno, diferente a la que había tenido lugar hasta ese momento, para cada uno de los estados.

En primer lugar, según Kant, la paz es el sentido último del progreso y de la historia y también del ordenamiento político, apostando, al igual que hicieron otros filósofos como Saint-Pierre o Rousseau, por un pacifismo político y tratando de demostrar que no hay guerra justa o razonable, sino que lo único razonable es acabar para siempre con la violencia. De esta forma, para el filósofo la paz no es un estado natural del hombre por lo que debe ser instaurada e impuesta sobre la tendencia natural de permanecer en conflicto.

Así pues, este proyecto kantiano es jurídico y no ético, ya que Kant no espera un cambio favorable en la bondad de los hombres, sino que lo que intenta es construir un orden jurídico que consiga situar a la guerra como algo ilegal.
La propuesta del pensador para finalmente conseguir la paz perpetua está basada en la creación de una federación de Estados independientes, en la que cada uno de éstos, al mismo tiempo, debe ofrecer las garantías de un Estado de Derecho y sostenerse en una constitución republicana para poder garantizar la libertad de los ciudadanos, que para Kant es un derecho originario y personal, la dependencia de todos respecto a una misma legislación, y la defensa de la igualdad ante la ley, exceptuando al soberano que es el que tiene que hacerla cumplir y sin cuya figura no sería posible el gobierno.
Así, el autor se opone a la idea de un derecho de guerra que obligue a las naciones a pactar tratos y a vivir en un constante peligro de conflictos.

Sin embargo, para que todo esto se lleve a cabo, debe cumplirse un requisito esencial: que sean los ciudadanos los que decidan sobre la guerra o la paz y no un único individuo o una élite o grupo de personas en particular. Aunque otra cosa que garantizase la paz era la desaparición de los ejércitos para así evitar los conflictos entre estados.

Pero, después de más de doscientos años, los seres humanos no hemos conseguido alcanzar la paz, y es que hasta que los países, las sociedades y, sobre todo, las personas no seamos capaces de respetarnos unas a otras no lograremos un estado de paz total, en el que poder vivir sin conflictos.

Quizá sean necesarios aún otros doscientos años para que la paz perpetua de la que hablaba Kant, y a la que muchos vemos como una posibilidad y no como una utopía, pueda ser en lugar de sólo una idea una realidad, pero desgraciadamente es mucho más fácil desear la paz que renunciar a la guerra.

KANT, LUZ DE LA ILUSTRACIÓN

Última evaluación y último filósofo. Ya estamos en la recta final y para acabar el curso (el último también) volvemos a viajar en el tiempo, esta vez al siglo XVIII, el Siglo de las Luces, en el que tuvo lugar un movimiento cultural, que según Kant haría salir al hombre de su minoría de edad, la Ilustración.

Antes de entrar de lleno en la filosofía de Kant, deberemos situarlo en el periodo histórico al que pertenece, y analizar cómo influyó tanto la revolución científica como el enfrentamiento entre empiristas y racionalistas  en su obra y pensamiento.

VÍDEO INTRODUCCIÓN ILUSTRACIÓN




Con las primeras diapositivas de la siguiente presentación de Concepción Pérez García podemos ir haciéndonos una idea sobre la figura y la vida de Kant.



VÍDEO FIGURA DE KANT



A continuación, os dejo un Power Point para poder comprender mejor el contexto científico en el que debemos de situar a Kant, incluyendo el hasta entonces eterno conflito entre empiristas y racionalistas.


Contexto Científico Kant
View more presentations from María.


Y hasta aquí puedo leer... 
Después de esta introducción sobre Kant tan solo nos queda estudiar una pequeña parte de una de sus obras más importantes, la Crítica de la Razón Pura. Vamos, coser y cantar ¿no?

MIENTRAS TANTO, MORAL "POR PROVISIÓN"

Faltan dos días. SÍ. ¡Solo dos días para el examen de filosofía! Después de un cortísimo pero intenso trimestre ya hemos llegado al final, y para despedirnos de la segunda evaluación os presentamos un trabajo sobre la moral "por provisión", una moral necesaria según Descartes para suplir la ausencia momentánea de certeza. 

Aquí os dejamos un esquema hecho en Mindomo (una nueva herramienta informática):



(SI QUIERES VERLO EN GRANDE PINCHA AQUÍ)


Otra de las tareas propuestas era revisar la redacción de Cinthia y corregirla (porque había mucho que corregir). Nosotros, además de decirle lo que debería de mejorar, hemos pensado que tal vez una nueva redacción sobre la moral provisional y sus máximas le servirían, igual que os puede servir a vosotros/as, para estudiar, quién sabe si cae en el examen del próximo jueves...



Después de todo esto sólo queda repasar para el control. Pero, ¿podemos estar seguros/as de que el conocimiento que creemos que sabemos (sobre Descartes y su filosofía, claro está) es realmente conocimiento verdadero? En fin, ante la duda siempre nos quedará el Método.

¡SUERTE!

EL LADO ÚTIL DEL SABER


Ya hemos comenzado a estudiar al padre de la filosofía moderna, René Descartes, y como sabemos, una de las actividades de las cuatro que aparecen en la PAU es la actualización. 
Finalmente, nosotros nos hemos decantado por el tema Bacon-Descartes vs Aristóteles: el modelo pragmático del saber. 

Para comenzar, es necesario remontarnos al siglo XVII para poder analizar y llegar a entender cómo y por qué tras muchos años en los que predominaba el estudio de la filosofía aristotélica, utilizada por los cristianos para apoyar sus ideas, se produjo un cambio de mentalidad que provocó la aparición de una nueva necesidad, la de un método distinto mediante el cuál se pudiese alcanzar el saber, un saber ahora práctico.

De este modo, ante la postura aristotélica en la que el verdadero conocimiento es totalmente sensible y proveniente de los sentidos y las sensaciones, y el carácter metafísico de este tipo de saber predominante hasta el fin de la época medieval, filósofos racionalistas, como Descartes, o empiristas como Bacon, plantean un punto de vista mucho más práctico, donde el conocimiento no debe superar lo que pueden darnos las cosas mismas mediante la observación y la experimentación.

Como ya sabemos, Descartes se encuentra en un estado con más motivos de duda que de certeza y por ello se propone investigar esta situación a fin de determinar si hay algo verdadero en el mundo o no. Pero no es hasta que Bacon escribe el Novum Organum cuando aparece de una manera clara la idea de que es necesario un nuevo método para abordar el estudio de la naturaleza mediante el cuál llegar al conocimiento real de ésta. Así, ante el eminente fracaso del método escolástico, es formulado el método inductivo. Éste será uno de los primeros en poner en duda la mentalidad de la época para acercarse a la experiencia de una forma más productiva en cuanto al lado más pragmático que el conocimiento científico puede aportar.

Establecida ya la idea de que los descubrimientos científicos y sus aplicaciones son la cosa más útil posible, Bacon, además, añade que aún es más útil «descubrir algo que permita descubrir todas las otras cosas». Ese «algo» es el método científico de descubrimiento que Bacon propone en su Novum Organum.

A pesar de que el método propuesto por Bacon fuese el inductivo y el que encontramos en la filosofía de Descartes sea el deductivo los objetivos de ambos eran similares, aunque la forma de conseguirlos era opuesta. Mientras que Descartes utilizaba la deducción y las matemáticas como punto referencial, Bacon le prestaba muy poca atención a estos instrumentos, manteniendo como base la observación de fenómenos percibidos por la  experiencia y estableciendo enunciados universales ciertos a partir de ésta, ascendiendo lógicamente a través del conocimiento científico desde la observación de los fenómenos o hechos de la realidad a la ley universal que los contiene.

Así pues, ambos, Descartes y Bacon, proponen dos modelos de método de investigación para poder descubrir las leyes que rigen la naturaleza para dominarla y llegar a un conocimiento útil en la vida, dando grandes resultados en el progreso que se ha dado durante años en el cálculo matemático con el fin de descubrir estas leyes y sus aplicaciones a la ciencia empírica.

Finalmente, podemos concluir que Descartes, por lo tanto, comparte con Bacon la necesidad del método para conocer la realidad de una forma más pragmática, oponiéndose a la filosofía aristotélica predominante hasta el momento, criticando a la escolástica. Así, el fracaso de los métodos silogísticos y el de la física aristotélica, hacen necesario un nuevo método para interpretar la realidad confiando en la razón, la cual cobró mucha más importancia en el siglo XVII. Este nuevo método además tenía que  tener capacidad para descubrir y debía de servir para exponer o para comunicar un conocimiento y no sólo siendo explicativo. No se trataba de transmitir un saber acumulado a través de la historia, sino de descubrir cosas nuevas que nos proporcionen un saber pragmático, un saber útil para la vida cuotidiana.