Hace muchísimos años, el filósofo griego Platón ya hizo una especie de predicción acerca de las víctimas del fanatismo con el fragmento de “El mito de la caverna”, recogido en su obra La República.
En este pasaje Platón intenta mostrarnos su opinión acerca del fanatismo ya existente en la Grecia clásica. Como personajes, el filósofo nos presenta a unos prisioneros que se encuentran desde pequeños en una especie de caverna subterránea. Ésta está dividida en dos partes por un tabique que separa a los prisioneros de unos hombres que transportan objetos cuyas sombras se ven reflejadas en la pared. De este modo lo único que perciben los prisioneros son sombras y alguna voz. Un día uno de estos prisioneros es liberado y llevado al exterior donde por fin puede darse cuenta de la verdadera realidad. Cuando regresa de nuevo a la caverna y les cuenta todo a los demás prisioneros éstos no le creen y lo rechazan. Sabiendo que el prisionero liberado es Sócrates resulta mucho más fácil entender lo que Platón quería transmitir con esta alegoría.
Cuando alguien sabe más y contradice alguna de las ideas de los más ignorantes, lo más sencillo es censurarle he incluso llegar a matarle por ello. No darse cuenta de la realidad, o lo que es peor, no querer darse cuenta de ella puede llegar a ser muy peligroso.
Para ver la relación que tiene “El mito de la caverna” con la película “Ágora”, que da nombre a nuestro nuevo proyecto, sólo debemos de prestar atención a la protagonista, Hipatia. Ella al igual que el prisionero liberado se da cuenta de cómo es la verdadera realidad, de cómo funciona el mundo sin seres divinos. Por este conocimiento su final es igual de trágico que el que hubiese tenido el prisionero si los demás hubiesen podido matarlo.
Nosotros hemos escogido a Sócrates como víctima del fanatismo puesto que tiene una relación muy directa con el pasaje de Platón, siendo él el protagonista. Utilizando simplemente unas cuantas revistas, tijeras y pegamento hemos representado a Sócrates, dando sentido a un montón de recortes y simbolizando algunos de los aspectos más destacables como su muerte elegida “democráticamente”.
Rodeado por una Atenas rica en cultura, política y economía, Sócrates se dedicó a incitar a la población a cuestionar sobre cualquier norma o valor del estado. En ese momento (siglo V a.C), el sistema político de la gran ciudad de Atenas se basaba en la democracia, es decir,el poder del pueblo.
Sin embargo, aquellos que tenían derecho a votar eran los que nacían Grecia, del sexo masculino y situados en un estamento privilegiado, por lo que la mayoría de la población perdía el derecho a votar.
Ahora bien, éste pensador usaba un método dialéctico, que combinado con su inteligencia temible, fomentaba el pensamiento allí por donde pasaba y de alguna forma, rechazaba toda norma política. Esta acción no la realizaba por mero placer, se basaba en ciertos principios destacables. En pocas palabras, Sócrates intentaba buscar una definición universal, verdadera y váida para toda situación. Gracias a esto, se podía crear conocimiento, pensamiento y en particular ciencia.
Como resultado final, el "abejorro" de Atenas, fue juzgado y posteriormente condenado por las autoridades políticas. Le acusaban de corromper a la juventud y de no honrar a los dioses que honran su ciudad natal. Sus amigos le ofrecieron múltples opciones de escape durante su estancia en prisión, pero se negó, por cuestión de principios hasta que, el día fijado cumplió la condena bebiendo la cicuta.
Por último únicamente nos queda decir que a veces sólo saber que no sabemos nada puede ocasionar consecuencias muy peligrosas pero a veces tan necesarias como para no volver a tropezar con la misma piedra.