Hace muchísimos años, el filósofo griego Platón ya hizo una especie de predicción acerca de las víctimas del fanatismo con el fragmento de “El mito de la caverna”, recogido en su obra La República.

Cuando alguien sabe más y contradice alguna de las ideas de los más ignorantes, lo más sencillo es censurarle he incluso llegar a matarle por ello. No darse cuenta de la realidad, o lo que es peor, no querer darse cuenta de ella puede llegar a ser muy peligroso.
Para ver la relación que tiene “El mito de la caverna” con la película “Ágora”, que da nombre a nuestro nuevo proyecto, sólo debemos de prestar atención a la protagonista, Hipatia. Ella al igual que el prisionero liberado se da cuenta de cómo es la verdadera realidad, de cómo funciona el mundo sin seres divinos. Por este conocimiento su final es igual de trágico que el que hubiese tenido el prisionero si los demás hubiesen podido matarlo.
Nosotros hemos escogido a Sócrates como víctima del fanatismo puesto que tiene una relación muy directa con el pasaje de Platón, siendo él el protagonista. Utilizando simplemente unas cuantas revistas, tijeras y pegamento hemos representado a Sócrates, dando sentido a un montón de recortes y simbolizando algunos de los aspectos más destacables como su muerte elegida “democráticamente”.

Sin embargo, aquellos que tenían derecho a votar eran los que nacían Grecia, del sexo masculino y situados en un estamento privilegiado, por lo que la mayoría de la población perdía el derecho a votar.
Ahora bien, éste pensador usaba un método dialéctico, que combinado con su inteligencia temible, fomentaba el pensamiento allí por donde pasaba y de alguna forma, rechazaba toda norma política. Esta acción no la realizaba por mero placer, se basaba en ciertos principios destacables. En pocas palabras, Sócrates intentaba buscar una definición universal, verdadera y váida para toda situación. Gracias a esto, se podía crear conocimiento, pensamiento y en particular ciencia.
Como resultado final, el "abejorro" de Atenas, fue juzgado y posteriormente condenado por las autoridades políticas. Le acusaban de corromper a la juventud y de no honrar a los dioses que honran su ciudad natal. Sus amigos le ofrecieron múltples opciones de escape durante su estancia en prisión, pero se negó, por cuestión de principios hasta que, el día fijado cumplió la condena bebiendo la cicuta.Por último únicamente nos queda decir que a veces sólo saber que no sabemos nada puede ocasionar consecuencias muy peligrosas pero a veces tan necesarias como para no volver a tropezar con la misma piedra.
1 comentarios:
Molt bon treball. Algun element millorable de redacció i estructuració de pàrrafs i sobre tot no és cert que votara ningú en la democracia atenesa. No era representativa.
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