EL IMPERATIVO SEGÚN KANT

“En cambio, el único problema que necesita solución es, sin duda alguna, el de cómo sea posible el imperativo de la moralidad, porque éste no es hipotético y, por tanto, la necesidad representada objetivamente no puede asentarse en ninguna suposición previa, como en los imperativos hipotéticos. Sólo que no debe perderse de vista que no existe ejemplo alguno y, por tanto, manera alguna de decidir empíricamente si hay semejante imperativo; precisa recelar siempre que todos los que parecen categóricos puedan ser ocultamente hipotéticos. Así, por ejemplo, cuando se dice: “no debes prometer falsamente”, y se admite que la necesidad de tal omisión no es un mero consejo encaminado a evitar un mal mayor, como sería si se dijese: “no debes prometer falsamente, no vayas a perder tu crédito al ser descubierto”, sino que se afirma que una acción de esta especie tiene que considerarse como mala en sí misma, entonces es categórico el imperativo de la prohibición. Mas no se puede en ningún ejemplo mostrar con seguridad que la voluntad aquí se determina sin ningún otro motor y sólo por la ley, aunque así lo parezca, pues siempre es posible que en secreto tenga influjo sobre la voluntad el temor de la vergüenza, o acaso también el recelo oscuro de otros peligros. ¿Quien puede demostrar la no existencia de una causa, por la experiencia, cuando ésta no nos enseña nada más sino que no percibimos la tal causa?”

I. Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Capítulo segundo. Ed. Espasa-Calpe, Colección Austral, Madrid

El anterior texto es un fragmento extraído del segundo capítulo de la obra Fundamentación de la metafísica de las costumbres que Immanuel Kant escribió. En éste el tema reflejado por el autor son los imperativos morales defendidos por él mismo y las diferencias con los materiales, y por tanto la corriente ética a la que hace referencia es al formalismo kantiano.
El periódico histórico al que pertenece es al siglo XVIII, es decir, la misma época donde tuvo lugar la Ilustración.

 

Por otra parte la idea principal es que el imperativo de la moralidad debe ser categórico, es decir, la acción propuesta por el mandato es buena en si misma independientemente de sus consecuencias.

Las ideas secundarias que aparecen en el texto son por una lado que se puede confundir como categórico un imperativo que realmente es hipotético, si la acción realmente se lleva a cabo para “evitar un mal mayor”. Y que resulta imposible demostrar, en base a la experiencia, que no existe una causa, que no tiene acción, sólo que no se percibe.

Por último, en cuanto a la importancia que tiene la filosofía kantiana en la modernidad hay que tener en cuenta sobre todo la faceta de la concepción que Kant tiene del mundo, la parte racional de su filosofía influye en la ciencia actual, que se basa en una contemplación de los fenómenos sin quedarse simplemente en la observación, sino en aclarar POR QUÉ un fenómeno u otro se da, es por tanto empirismo y racionalismo radicales, y así es la ciencia actualmente.
También concepciones políticas tan modernas como lo son el socialismo o el comunismo fueron inspiradas gracias al “idealismo alemán”, doctrina filosófica que exagera el sujeto en el conocimiento de tal manera que llega a prescindir por completo del objeto y afirma que éste, las cosas y el mundo no son más que proyecciones de nuestro pensamiento, de modo que la realidad no sólo existe en el espíritu, sino que es formada por éste.



2 comentarios:

Ana Estela i Gallach dijo...

Fenomenal globalment, però sempre queden aspectes per aprendre millor. Al comentari has de cohesionar millor les idees al presentar el fragment i sobre tot no has d'utilitzar directament les expressions idees principals i secundàries. Es millor usar tesi i desenvolupar-la emprant connectors per relacionar-les entre si.

Ana Estela i Gallach dijo...

Millor si la valoració contempla l'ètica que és el tema del fragment.

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